Nunca estuviste tan adorable


«El teatro te permite ser todo lo farandulera que quieras, pero en la tele no puede ser»

«Cuando los actores interpretamos un nuevo personaje actuamos como psicólogos: analizamos sus decisiones, estudiamos sus movimientos»



ANABEL ALONSO
Actriz, protagonista de «Nunca estuviste tan adorable», esta noche en el teatro Palacio Valdés

Saúl FERNÁNDEZ
-Vuelve al teatro.

-Está muy bien. La última vez fue con «Confesiones de mujeres de treinta» y terminamos en diciembre de 2003. Así que, imagínese... ya iba teniendo mono.

La que habla es Anabel Alonso (Baracaldo, Vizcaya, 1964), la protagonista de «Nunca estuviste tan adorable», la comedia dramática que se pone esta noche (20.15 horas) sobre las tablas del Palacio Valdés, la segunda función de la temporada de otoño, uno de los éxitos del argentino Javier Daulte, bajo el sello del Centro Dramático Nacional y la empresa Focus.

-Usted, en la obra, interpreta a Blanca. ¿Le cae simpática?

-Sí, claro. Cuando los actores interpretamos a un nuevo personaje actuamos como psicólogos. Analizamos todas sus decisiones, estudiamos todos sus movimientos... De entrada, no compartes algunas de las decisiones de tu personaje, pero al final terminas comprendiéndola y eso es lo fundamental... Por eso digo que me cae simpática.

-¿Por qué dijo sí a «Nunca estuviste tan adorable»?

-Era un reto y, como le decía, llevaba cinco años sin pisar un teatro. Lo que al final me decidió fue el texto de Javier Daulte, que está muy bien escrito, que es como un Chejov actual donde en apariencia nunca pasa nada, pero en el fondo se larva el problema que define a la familia. Además, es de Javier Daulte, que es un dramaturgo de primer nivel, con mucho éxito... Después me decidió el propio personaje de Blanca, a la que tengo que dar vida en dos momentos muy distintos de su vida: en los cincuenta, en todo su esplendor, cuando todo lo domina; y en los setenta, cuando la vida al final la pone en el lugar donde debe estar.

-Está grabando en la tele.

-Cuando una se dedica a lo que es de verdad su vocación no puede estar más que agradecida. Si encima te ofrecen historias interesantes... pues te toca pensar que esto se puede acabar, aunque en algún momento pienses que vaya a acabar contigo, no sé si sabe por dónde quiero ir, a lo que me estoy refiriendo.

-Más o menos. ¿Las oportunidades no se deben desechar?

-Desde luego que no. Estamos grabando la tercera temporada de «La familia Mata» y en los tiempos que corren eso ya es un éxito.

-¿Cuándo se emiten los nuevos capítulos?

-Pues a comienzos del próximo año, lo que pase a partir de entonces, desde luego, será un misterio. Pero, bueno, grabar la tercera temporada, ya le digo, es todo un éxito.

-¿Y qué tienen de nuevos estos capítulos en los que está trabajando?

-Los guiones son más divertidos. Siguen una línea más cáustica, más loca. Se nota que los guionistas de «7 vidas» están en «La familia Mata».

-¿Y cómo se arregla para combinar la televisión y el teatro?

-Cuando estábamos en Madrid la cosa era peor, porque tenía que ir de los estudios al teatro. Y esto, a diario. Pero, bueno, en agosto y en septiembre estuve de vacaciones y acabo de retomar las grabaciones.

-Pese a todo, me parece que disfruta con esto de ser actriz.

-Desde luego. Claro que mola, sobre todo ahora, con la gira: viajas, comes bien y vuelves el domingo como una flor.

-¿Y cómo es un día de trabajo cotidiano?

-En general, me levanto a las seis y media de la mañana...

-... O sea, que nada de vivir de la farándula.

-Cuando estás trabajando en el teatro, que sales a las tantas, puedes ser todo lo farandulera que quieras, pero en la televisión eso no puede ser. En la tele hay que estar divertida a las nueve.


Estuve con mis amigas en el teatro viendo “Nunca estuviste tan adorable”. No conocía el Teatro Valle Inclán, situado en la Plaza de Lavapiés, amplio, con olor a nuevo, muy cómodo. Y la obra me gustó bastante.
Me gustó muchísimo Anabel Alonso haciendo de Blanca, personaje central y centro del universo de la obra, que está fenomenal. Me gustó Lurdes Barba haciendo de su vecina/amiga Marta. Y sobre todo me encantó esa sensación de estar sentada en el salón de una casa de otro tiempo, frente a una familia de cualquier época.
Queríamos haber ido a ver el musical Ana Frank, pero nos daba miedo que fuese extremadamente triste, queríamos algo menos duro. Entramos pensando que “Nunca estuviste tan adorable” iba a ser más cómica. No es que no tenga momentos de comedia, pero a mí, el fondo, se me antojó tristísimo. Salí pensando mucho en la familia, en la infancia, en lo que te marca un entorno, en el paso del tiempo...bueno, no os la voy a destripar. Mejor, vais a verla.

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